El apagón expuso las debilidades del sistema eléctrico chileno, donde la falta de infraestructura de respaldo y retrasos en proyectos de transmisión aumentan el riesgo de fallas a gran escala. La emergencia también reveló problemas de coordinación y respuesta, poniendo en duda la capacidad del sistema para enfrentar este tipo de crisis.
Qué observar. El apagón del martes 25 de febrero, que dejó sin electricidad a poco más de siete millones de hogares desde Arica hasta la región de Los Lagos, volvió a evidenciar una debilidad estructural del sistema eléctrico chileno y la falta de infraestructura suficiente para responder a fallas en la transmisión.
– La interrupción del suministro, provocada por una falla en la línea de 500 kV operada por la empresa colombiana ISA Interchile, tuvo un efecto dominó que desconectó parte importante del Sistema Eléctrico Nacional (SEN), generando un apagón de gran magnitud que no se veía en Chile hace 14 años.
La vulnerabilidad del sistema. El Sistema Eléctrico Nacional (SEN) es la columna vertebral del suministro eléctrico del país. Nace en el año 2017, cuando los ex sistemas eléctricos del norte grande (SING) y del centro sur (SIC) del país, se unificaron. Se extiende desde la región de Arica y Parinacota hasta la de Los Lagos y está compuesto por líneas de transmisión que transportan la energía desde las centrales generadoras hasta los centros de consumo.
– El problema radica en que Chile tiene una transmisión altamente concentrada en ciertas líneas estratégicas, lo que hace que fallas como la ocurrida en el Norte Chico afecten gran parte del territorio.
– Las líneas de 500 kV, como la operada por ISA Interchile, son claves para trasladar la electricidad desde el norte, donde se encuentran las principales fuentes de generación solar y eólica, hacia el centro del país, donde está la mayor demanda. Lo mismo ocurre con la energía generada en el sur. Aquello se da a través de un sistema radial que funciona como una columna vertebral. Pero este tiene que ser robusto para ser seguro.
– Sin embargo, la infraestructura es limitada y cualquier interrupción en estos corredores energéticos puede generar un colapso sistémico.
– Analistas también apuntan al Coordinador Eléctrico Nacional, dado que es una entidad con facultades normativas y encargada de que el sistema funcione de la manera más robusta y eficiente posible. Sin embargo, ayer no disponían de información al estar a ciegas por problemas con los SCADA, sistema informático que se utiliza en la transmisión eléctrica para supervisar y controlar la red de distribución de energía.
Los flancos de la infraestructura. El consultor de Valgesta, Ramón Galaz, afirma que “lo de ayer demostró que hay vulnerabilidad y que hay que hacer más inversiones tanto a nivel de infraestructura como en tecnología. Pero también hay que ver cómo generar condiciones para que el sistema pueda aislar las fallas cuando se produzcan”.
– Galaz agrega que uno podría preguntarse si el mejor sistema es el interconectado o el seccionado, “que es lo que teníamos antes de 2017”. De manera que se si se cae la energía en el norte no se cae en el sur. “Pero con ese modelo no eres capaz de usar todos los recursos del sistema a nivel geográfico. Así que sin duda el sistema interconectado es el mejor”, dijo.
– El nivel de seguridad de la línea que falló este martes es de N-1, lo que quiere decir que hay una línea en constante funcionamiento, y si falla, hay otra de respaldo para sustituirla. Sin embargo, en este caso fallaron ambas. Según conocedores del tema, no es común que ocurra algo así, lo que deja grandes interrogantes sobre el origen de la falla.
El problema de la permisología y nuevos proyectos. Un aspecto central en la discusión es la falta de nuevas líneas de transmisión que permitan diversificar las rutas de la energía y evitar que una falla en un punto crítico cause un apagón masivo.
– Un caso emblemático de este problema es el proyecto de transmisión Kimal-Lo Aguirre, una línea de casi 1.500 km que conectará el norte del país con la zona central, permitiendo una mayor flexibilidad y seguridad en la transmisión.
– De estar en funcionamiento, la postergada línea Kimal-Lo Aguirre, podría evitar o mitigar el impacto de interrupciones como estas, según diversos expertos del sector.
– En 2020, el Ministerio de Energía y los expertos anticipaban que, entre más tarde se desarrollara el proyecto, mayor sería el efecto de congestiones de transmisión, en particular en la línea 500 kV Nueva Pan de Azúcar-Polpaico.
– A esas alturas se esperaba que la iniciativa empezara su construcción en enero de 2022.
– Sin embargo, hoy está en la mitad de su evaluación ambiental, la que comenzó en octubre de 2023, cuando ingresó al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA).
– En este proceso ha tenido más de 2.600 observaciones de organismos públicos y ciudadanos. Además tiene que obtener alrededor de 5.000 permisos sectoriales.
Responsabilidad del Estado. En conversación con Radio Pauta, el exministro de Energía y actual director del Observatorio de Transición Energética, Claudio Huepe, abordó el masivo apagón que sufrió el sistema eléctrico del país entre Arica y Los Lagos.
– El especialista manifestó que se trata de una situación extremadamente grave y remarcó que, a pesar de la implicancia que puedan tener las empresas, “el responsable último es el Estado”.
Por Vicente Browne R.
Ex-Ante, 26 de febrero de 2025